Cueva
de Altamira fue descubierta en 1879. Se encuentra en la Cordillera
Cantábrica al norte de España. El interior está cubierto con
dibujos multicolores. La parte principal de la cueva fue descubierta
en el techo de siluetas de animales. Una docena de bisontes, ciervos,
caballos y cabras monteses y las marcas geométricas pintadas en tres
colores: rojo, negro y púrpura. El artista utiliza la escultura de
roca natural, el bulto y el colapso de la pintura sobre las siluetas
de bisontes en distintas posiciones: de rodillas, saltos, caidas.
Todos los rebaños de búfalos están presentados en movimiento.
Parece que acuden en la carrera doce metros delante del ciervo
pintado en el plano más lejano. La cabeza del ciervo está mirando
hacia la entrada de la cueva. En las paredes se pueden ver las
huellas de la mano. Los investigadores tratan las pinturas como una
expresión del deseo de explorar el mundo: la capacidad de reflejar
la realidad, el principio del arte, la ciencia, e incluso la
escritura.
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